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La vida como un set de LEGO: una mirada Gestalt para entender lo que construyes

  • Foto del escritor: JUAN CARLOS  REZA BAZAN
    JUAN CARLOS REZA BAZAN
  • hace 41 minutos
  • 3 Min. de lectura
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A veces la vida se siente como una mesa llena de piezas mezcladas: partes que reconoces, partes que vienen de otros, piezas que ya no encajan y algunas que ni sabes cómo llegaron ahí. Y sin embargo, cada día estás construyendo algo con todo eso.


Esta idea conecta profundamente con la Terapia Gestalt contemporánea, especialmente con la propuesta de Margherita Spagnuolo Lobb: la vida se forma en el movimiento que hacemos hacia el mundo y en la manera en que respondemos a lo que aparece.


Por eso la metáfora del LEGO funciona tan bien. Le da forma a algo que todos conocemos: el proceso de construirnos.


Elegir piezas: un acto de cuidado


Si alguna vez has armado un set de LEGO, sabes que no todas las piezas van. Algunas parecen útiles pero no pertenecen; otras encajan perfecto y te sorprenden; otras dan forma a algo que no imaginabas. En la vida pasa igual.


Spagnuolo Lobb diría que cada pieza es una experiencia, una relación, una decisión. Cuando la tomas o la dejas, estás organizando tu propia manera de estar en el mundo. Elegir lo que sí pertenece es un acto de cuidado. Decir “esto no es para mí” también lo es.


Cuando otras manos intervienen


Otro detalle: si alguien mete mano en tu construcción, si cambia una pieza sin avisar o te apura a armar algo que no entiendes, te desorganizas. Pierdes el hilo. Se rompe el ritmo. En la vida, esas “manos externas” pueden ser:


  • expectativas ajenas,

  • presiones familiares,

  • relaciones que invaden,

  • o ritmos que no son los tuyos.


Desde una mirada Gestalt, eso afecta tu frontera-contacto: el espacio donde decides qué entra y qué no. Cuando esa frontera se debilita, la vida se siente confusa, como cuando un set se revuelve y ya no sabes cuál era la figura que estabas armando.


Tu ritmo importa


Construir LEGO tiene un ritmo natural. Hay pasos que se sienten bien, momentos que fluyen y otros que requieren detenerse, observar, recomenzar.


En Gestalt, esto se llama estética del contacto: la forma en que tu organismo sabe —a veces antes que tú— qué encaja y qué no. Es ese pequeño alivio cuando haces algo que sí te corresponde, o esa incomodidad cuando te fuerzas a una pieza que no te pertenece. Escuchar ese ritmo es clave para construir una vida significativa.


Cuando algo se desarma


A todos se nos ha caído una parte del set alguna vez. A veces es frustrante. A veces inesperado. A veces liberador. En la vida, esto puede ser:


  • una relación que termina,

  • un proyecto que ya no hace sentido,

  • una etapa que se cierra aunque no querías.


En Gestalt lo llamamos ajuste creativo: no es fracaso, es reorganización. Es tu capacidad de reacomodarte y construir algo más honesto con quien eres ahora. Desarmar también es parte de construir.


Nunca construimos solos


Aunque el set sea tuyo, construyes rodeado de un campo: personas, historias, retos, apoyos y obstáculos que influyen en cómo organizas tu vida.


Lo importante no es eliminar ese campo, sino encontrar tu manera de relacionarte con él sin perder tu proyecto interno. Ahí está la clave: construyes en diálogo con el mundo, no en aislamiento.


El sentido de tu vida: una forma que emerge


Pensar la vida como un set de LEGO nos ayuda a recordar que el sentido no aparece de golpe. No cae del cielo. No viene en una caja con instrucciones perfectas. El sentido se construye pieza por pieza. En cada contacto. En cada elección. En cada ajuste.


Como propone Spagnuolo Lobb, somos seres que encuentran forma en el encuentro. Y la forma de tu vida no es algo fijo: es algo que vas mirando, sintiendo y creando a cada paso. Tu construcción está viva. Y eso es lo que la hace auténtica.


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